Imagen propia.
Tras
realizar una visita al museo de la educación ubicado en la Facultad de Educación
de la Universidad de La Laguna, concretamente en el edificio Central, 1ª planta
junto a las escaleras de la cafetería, con un horario de visitas de lunes a
viernes de 10.00 a 13.00 horas, me he parado a pensar y a reflexionar sobre
todos los materiales y recursos que allí se encontraban, materiales que eran
empleados y manipulados con un fin educativo e instructivo en el siglo pasado. Mientras
se camina e inspecciona entre el mobiliario con el que cuenta el museo se puede
percibir distintas sensaciones y percepciones acerca de todos aquellos
materiales y recursos con los que contaban las escuelas del siglo XX,
materiales físicos, pesados, palpables y manipulables que eran utilizados por
las maestras y maestros de las escuelas de nuestro país y que gestionaban y proporcionaban
a los niños y niñas para que adquirieran todas aquellas competencias y
habilidades en lectura, escritura, calculo, caligrafía, etc. que tanta
importancia se le daba en la época. Además, se puede percibir la pérdida del
color, las pequeñas fracturas y roturas y el desgaste al que están sometidos
muchos de los materiales y recursos que allí se encuentran.
Sin embargo, al dirigir la mirada hacia muchas
de las escuelas actuales de nuestro territorio nacional podemos ver como ese
formato físico, palpable y manipulable del recurso o material está en desaparición,
y es que ha llegado el momento de hablar
de las sociedades del conocimiento, sociedades que se basan en el desarrollo y
fomento de lo que actualmente conocemos como las Tecnologías de la Información
y la Comunicación, de ahí que nuestros centros escolares demanden urgentemente
la dotación y equipamiento de todos aquellos dispositivos, recursos y
materiales digitales y tecnológicos necesarios para que nuestros futuros
ciudadanos estén alfabetizados digitalmente y adquieran las competencias
necesarias para el mundo laboral. Pero, ¿y qué pasará con todos aquellos
materiales educativos en formato físico?, ¿Dónde dejaremos los libros de texto,
los mapas en papel, las enciclopedias físicas, etc.? Pues ya la gran mayoría de
los recursos y materiales didácticos que se utilizan en las aulas se encuentran
en formato digital, formato más atractivo, sostenible y cómodo para utilizar y
transportar, aun así ¿está la población y la comunidad educativa dispuesta a
dejar de percibir esas sensaciones que nos trasmite el papel, ese desgaste de
color, esas pequeñas roturas que nos indica el paso del tiempo?, ¿preferimos lo
de antes o lo que vendrá después?, sinceramente no lo sabemos pero lo que sí
se puede defender es las funciones, el papel que cumplen y los aportes
positivos que presentan las nuevas tecnologías y todo lo que estas nos ofrecen
a los procesos de enseñanza-aprendizaje en la ciudadanía, siempre y cuando se
realice un uso responsable y ético del conocimiento y la información que nos
ofrece la red.
Es por
todo ello, que Vía-Educación pretende que toda esa población de la Isla de
Tenerife que utiliza con frecuencia los medios de transporte públicos, puedan
acceder a una serie de materiales y recursos digitales que les entretenga
durante los trayectos, pero que además todos esos materiales y recursos que
manipulen y visualicen en la web de la empresa les sirva como medio de adquisición
de conocimiento, información, competencias, habilidades y destrezas, es decir,
con una finalidad educativa. Desde la empresa le damos mucha importancia a la
necesidad de ofrecer conocimiento válido a nuestros ciudadanos y que además sea
lo mejor accesible y atractivo posible desde cualquier dispositivo, por ello
estamos convencidos de que realizamos una labor muy importante para la
comunidad educativa.
Por De La Rosa Hernández, Julio José.
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